Parece que fue ayer cuando llegaban aquellas noticias sobre una especie de «gripe» en la lejana China. Y aunque al principio nos lo tomamos un poco a pitorreo, en parte confiando en que las autoridades de aquel país solucionaran la papeletas con la acostumbrada mano dura vista en anteriores epidemias, finalmente llegó a Europa y justo esta semana se cumple el primer caso detectado en territorio español del 2020, aunque fuera importado por un turista alemán. Lo que sobrevino un mes más tarde ya es historia. Historia que hoy muchos miles de compatriotas no pueden contar.
El primer confinamiento fue duro. Algunos lo tacharon de dictadura encubierta, de recortes de derechos individuales. A la tragedia sanitaria se sumó el inevitable descalabro económico derivado. Y unos miraban con deseo a ciertos países y otros paises miraban por encima del hombro al resto. Pero al final…¡todos igualmente jodidos!.
Si 2020 supuso un cambio radical en nuestras vidas y en nuestra forma de ser, 2021 sigue por el mismo camino aunque con atisbos de esperanza con las nuevas vacunas (a excepción de los negacionistas, a estos no los contenta nadie salvo su ego). Este año seguimos con el mismo plan. Es decir, ninguno. Todos nuestros propósitos pospuestos indefinidamente: nada de concentraciones de clásicos, nada de organizar un viaje vacacional, nada de vida social… ni familiar. Todo lo cancelado en 2020 sigue igual. Incluido un par proyectos en dique seco y paralizados, hasta el momento nuestra idea más ambiciosa y cuya realización desconocemos si podrá llevarse a buen término algún día. Es como si no viéramos una luz al final del túnel. Pero de momento, seguimos con salud y con esto nos conformamos.
Otra cosa que se está repitiendo durante este poco tiempo que llevamos de 2021 son las protestas contra la Ordenanza de Movilidad. De ahí también la amargura que a muchos aficionados a los clásicos nos embarga. Esa incertidumbre de pensar si cuando todo esto termine y ante la nueva «normalidad» nos encontraremos con trabas e impedimentos para poder disfrutar de nuestros coches, nuestro hobby (único y caro para muchos) y si nos merece la pena seguir conservando e invertir más dinero ante el desprecio y falta de consideración de nuestros gobernantes.
De ahí que cada vez me cueste más encontrar fuerzas para seguir actualizando este blog. Principalmente por la falta de material propio y personal para refrescarlo debido a la ausencia de actividades. Y por desgracia las protestas de automovilistas de momento han sido el principal ingrediente.
Como ilustración de esta entrada dejo una de mis fotos favoritas de la última Scooterada del Socorro de 2019. Sí, del 2019, porque en 2020 el ayuntamiento de Luanco puso tantos obstáculos que los organizadores decidieron suspender esta exitosa reunión. Todo sea dicho, con el Socorro arrancaba oficialmente mi temporada de cubrir fotográficamente este tipo de eventos. Porque los scooters clásicos, ya sean Vespa o Lambretta es otra de mis pasiones junto con los Volkswagen. El fin de semana pasado hubiera coincidido.
