Una vez solucionado el problema del cable del acelerador, volvimos donde lo habíamos dejado: una ruta por San Esteban de Pravia, Muros de Nalón y finalmente, parada en la villa marinera de Cudillero. Un destino turístico imprescindible de Asturias. Por suerte en estas fechas apenas hay afluencia por lo que improvisar una visita y parada para tomarse un tentempié no supone ningún problema. Durante le época estival, sería una labor imposible sin previa reserva, por no hablar del agobio derivado de la masificación.

Callejear por sus empinadas cuestas es toda una experiencia, algo que sólo está permitido a vehículos de residentes… pero yo no me enteré.
