El domingo 25 de septiembre después de comer en Tossa de Mar nos despedíamos de nuestros amigos y parte de la plantilla de los Amics del Volkswagen de Catalunya para tomar el camino de vuelta a casa. Aunque teníamos planeado partir el lunes, las predicciones metereológicas aconsejaron adelantar la salida. Así que nos dirigimos hasta Lleida para recortar algo más de 150 km.

La estancia en Lleida (Lérida) fue relajada, sin más, alojándonos en un hotel del grupo NH para dar un ligero paseo con la cámara aparcada. Nos quedamos con ganas de conocer alguno de sus monumentos, como el Castillo de la Suda o el Parque de Los Campos Elíseos. Pero no daba tiempo para todo. A pesar de tener mesa reservada con antelación en un restaurante de ambiente pretencioso del cual me guardo el nombre, recibimos un trato peyorativo (por llamarlo de alguna manera) por lo que decidimos dar media vuelta sin mediar palabra y cenar en otro más modesto justo a escasos metros de éste (Miss Sushi) donde nos trataron con gran amabilidad y cordialidad. Valoro la educación y más cuando uno está dispuesto a pagar un sobreprecio. Orgullo manda.

El lunes 26 de septiembre tocaría nueva revisión de aceite. Todo en orden para salir a la hora habitual de gran parte del viaje (9:00). Tras debatirlo nuevamente, fue nuestro amigo Felipe del Eskarabajo Lagun Taldea a sabiendas de nuestras andanzas diarias, quien nos sugirió vía whatsapp de pasarnos por Amurrio. Por primera vez en este viaje tuvimos que conectar momentáneamente la calefacción ya una vez pasando Zaragoza. E incluso en el repostaje aprovechamos para ponernos algo de ropa de abrigo.

Ya cerca del País Vasco las nubes amenazaban lluvia y comenzaron a descargar cerca de nuestro destino. Llegaríamos al Hotel Aldama de Amurrio tras 430 km y cinco horas, donde nos esperaban Felipe (VW 1200 ’75), Ana (1303), Belén y Katu (Golf MK1 cabrio) para ir a comer a Abiaga Jatetxea ¡qué bien me sentaron aquellas alubias! (el cuerpo me las pedía en serio). Por suerte la lluvia dio una tregua en lo que quedaba del día y pudimos disfrutar de una visita a la la localidad de Amurrio. Por desgracia, no hay fotos pues tras dos semanas cargando con la réflex a estas alturas uno quería desconectar y recrearse en los paseos. Por la noche nos acercaríamos hasta la vecina Llodio para cenar en la pizzería Capucci Katua Berria.

El martes 27 de septiembre sólo nos quedaba sortear los 302 km para llegar a Gijón. Tal como estaba previsto, nuestra partida estuvo acompañada de agua con momentos puntuales de lluvia torrencial que nos complicó algo más de la cuenta el viaje, con un par de tramos excesivamente encharcados por Cantabria, por lo que hubo que reducir el ritmo. Ya en Asturias, el tiempo amainó y pudimos rodar más relajadamente. Aún así, tardaríamos cuatro horas con cinco minutos, incluída la obligatoria parada a repostar, por lo que se puede decir que estuvo bien para un vehículo de estas características bajo condiciones adversas.

Aún cansados tras dos semanas de viaje…ya estábamos pensando en nuestra siguiente escapada.
