El último día completo por la comarca sanabresa lo aprovechamos para conocer otro destino imprescindible: la Laguna de los Peces. Englobada también dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria, se encuentra a 1.707 m de altura. Por algunas referencias, esperábamos una carretera más escarpada y con peor asfaltado, pero nada más lejos de la realidad. Por supuesto que es una carretera empinada y con algún tramo con bastante pendiente, pero a decir verdad, no es tan dura como podría aparentar. Igualmente, el firme se encontraba en aceptables condiciones. En invierno es frecuente encontrársela cortada por nevadas, y tras este periodo suelen arreglarse los desperfectos ocasionados por los quitanieves.

Conviene prudencia la volante pues en cualquier momento puede aparecer ganado

Tras atravesar la localidad de San Martín de Castañeda, que visitaríamos a la vuelta, tocaba la subida a la laguna. Unos metros antes de llegar tocaba una parada en el Mirador del Cañón de Forcadura para admirar sus vistas.


Existe un amplio aparcamiento en las cercanías de la laguna. A mediados de septiembre, ya en la entrada del otoño, el frío en esta zona es más que patente, unido al viento que hace que la sensación térmica se aún menor. Como ya estábamos informados de ésto, íbamos bien equipado con varias capas de ropa técnica de abrigo. Y es que en invierno el termómetro llega a marcar -20ºC siendo dificil que supere los 0ºC de máxima. La nieve puede estar presente incluso en junio.

Aún se conserva la tradición ganadera, con el empleo de razas bovinas rústicas resistentes a las inclemencias del tiempo


La laguna es de origen glaciar y tan sólo tiene una profundidad de 6 metros. Abundan los anfibios (principalmente sapos) y es común el avistamiento de aves acuáticas como patos.

Cabaña de pastoreo

Alrededor existen varias rutas de senderismo, una constante en todo Sanabria. A la vuelta paramos en San Martín de Castañeda para visitar su Monasterio Cisterciense. Se trata un ejemplo de románico zamorano y su origen data de la época visigoda, sobre el siglo VI, aunque a lo largo de su historia recibió varias reformas y reconstrucciones. La primera sucedió alrededor del 916 y a finales del siglo XIX, tras su abandono, se derrumbó, siendo sus piedras aprovechadas para la construcción de casa particulares. Tan sólo se conserva original la parte correspondiente a la iglesia. Miguel de Unamuno pasó tras sus muros el verano de 1930, que les serviría de inspiración para su novela «San Manuel Bueno, Mártir«. Hoy día sirve de recepción, museo y centro de interpretación del Parque Natural de Sanabria.




Puede observarse ruinas de la construcción original

El interior de la iglesia es típico de la Orden del Císter, es decir, sencillo y sin muchos ornamentos. Pero también veremos cuidadas tallas y grandes retablos.




Virgen de La Peregrina, patrona del pueblo.


Llegó la hora de reponer fuerzas y no quise despedirme sin haber probado otras de las especialiades autóctonas: la morcilla zamorana.
