Tengo la extraña habilidad de que en cada viaje me tengo que topar con algo inesperado relacionado con mi afición a los trastos viejos. En esta ocasión la sorpresa llegó al percatarme de una llamativa finca al lado de la carretera… Como me quedaba justo de camino a nuestro alojamiento rural, decidí hacerle una visita en cuanto pudiera. Y así fue como tras conocer Puebla de Sanabria, hice una pequeña parada a ver de qué se trataba esta curiosa propiedad.

Parece ser que se trata de una tienda de antigüedades llamada «Muebles El Carro». La puerta estaba cerrada y no ví a nadie cerca para preguntar, a pesar de que delante había un coche aparcado. Estoy seguro que su interior más de una joya tiene que albergar y me quedé con las ganas, unas ganas tremendas, de haberlo visitado.

Mientras tanto, tuve que conformarme con tomar unas fotos desde fuera. A destacar el Citroën 2CV presidiendo la entrada.

La sensación general es de un barroquismo extremo, donde múltiples piezas de todo tipo se entremezclan entre sí en una amalgama abigarrada. ¡Literalmente la vista se me iba a todas partes!


Una rueda con pinta de ser de los 1920’s




Divina chatarra
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