Antes de nada quiero dejar claro que aunque apoyo y participo en la Plataforma Vehículos Históricos de Gijón, las opiniones aquí vertidas son personales y en nada tengo que ver con la organización. La razón de esta previa aclaratoria tiene que ver en que posiblemente algunos de mis comentarios no sean del gusto de algunos-y algunas- por alusiones.

El pasado domingo tal como presenté en el anterior post, se organizó una reunión con marcha por Gijón en protesta del futuro – y cada vez más inminente- Plan de Movilidad que afectará a una gran cantidad de vehículos antiguos que no podrán acceder al núcleo urbano de esta ciudad. De igual manera, incidí en la positividad de no haber presenciado ninguna muestra de politización polarizada de dicha protesta. Para este domingo también estaba prevista otra marcha de vehículos clásicos pero el viernes, tal como nos temíamos en tenor a las desoladoras cifras de contagios de COVID-19, el presidente del Principado de Asturias anunciaba el cierre perimetral de las principales ciudades de esta Comunidad Autónoma (Gijón, Oviedo y Avilés) así como otras medidas restrictivas como toques de queda nocturnos. Paralelamente, el Estado de Alarma ha vuelto decretarse en todo el territorio español desde hoy. Así pues, medida que también afectaba a esta manifestación. Acertadamente, la organización ha suspendido la marcha y el resto de participantes lo hemos aceptado…
Llegado a este punto, es cuando aparecen otras plataformas de las cuales no voy a decir el nombre, que aunque tengan motivos reivinicativos similares e incluso en los que estoy de acuerdo, por sus formas y enfoque se han ido desvirtuando con el tiempo, acogiendo una polarización política demasiado descarada. Plataformas que se han plagado de personajes a los que yo llamo opositores sistemáticos cuya mayor preocupación vital es que el poder no lo ostente quienes ellos consideren «de los suyos». Movimientos ciudadanos donde la pérdida de formas es una constante, donde el hooliganismo político prevalece por encima de todo, al menos, dentro del entorno de las redes sociales. Por supuesto, defiendo que cada cual pueda expresar y mantener la ideología que vea conveniente, pero cuando una mayoría ruidosa se quieren erigir con la verdad absoluta, haciendo del insulto con su respectivo derramamiento de bilis como su principal forma de oposición lo unico que consiguen es desvirtuar unas demandas totalmente legítimas. Además de crear malestar o falta de apoyo por otros colectivos que aunque compartan mismas preocupaciones, no se vean reflejados en estos.
Recientemente, una de estas plataformas se ha hecho eco de las marchas en defensa de los vehículos antiguos. Y no deja de ser curioso que tras llevar protestando por la gestión tanto de la actual alcaldesa como del concejal de movilidad justo ahora, se enteran del plan de movilidad de Gijón… Pero más curioso es aún que donde más indignación se vierta sobre la suspensión de esta marcha sea desde sus redes sociales mientras que desde los de la propia organización de vehículos históricos se acate la decisón con total naturalidad, responsabilidad y resignación.

Un plan de movilidad que en su momento salió en los diarios, del que se hizo varias campañas en contra con colocación de carteles en establecimientos comerciales e incluso la televisión autonómica cubrió la noticia de estas protestas hace ya meses, sin olvidarnos del hasta ahora mayor logro de la Plataforma en Defensa de los Vehículos Clásicos de Gijón junto con la Asociación Motor Club Clásico del Principado y la delegación asturiana de la Unión por la Defensa del Motociclista: convencer al Ayuntamiento de recuperar la exención del impuesto de circulación para vehículos de más de 30 años (https://www.elcomercio.es/gijon/vehiculos-historicos-seguiran-20191010000942-ntvo.html )
De esta manera a día de hoy mi mayor temor es que otras plataformas y sobre todo en especial a esta a la que me refiero pero me guardo su nombre para mí mismo (que cada cual se de por aludido pero no es muy dificíl adivinarlo) se quieran apuntar al carro de los vehículos antiguos y llenen de hooligans algo que comenzó de manera neutral (independientemente de que miembros y participantes de estas activades profesen una u otra tendencia política a nivel personal). Veremos como transcurren próximas marchas en cuanto se puedan volver a celebrar.
