El 12 de marzo de 2020 nos dejaba para siempre Stirling Moss a la edad de 90 años tras pasar por una larga enfermedad. Una persona a la que siempre he admirado por diversos motivos e incluso siempre me ha gustado ponerle el «Sir» delante pues considero que dicho trato se lo ganó merecidamente. Gran parte de mi admiración hacia él se debe a que a pesar de no haber ganado ningún Campeonato Mundial de F1, dentro y fuera de los circuitos siempre gozó del respeto de compañeros y aficionados, pasando a ser una auténtica leyenda. Uno de los últimos (por no decir el último, debería consultar este dato) de una generación de pilotos muy diferentes a lo que estamos acostumbrados actualmente. Antes de que el deporte del motor se profesionalizara, donde talento y pasión estaban por encima de otros intereses. Y la muerte siempre acechando en cualquier curva… Quizás por esto, por pertenecera otra época algunas de sus declaraciones podían resultar, y mas en sus últimos años, tachadas de políticamente incorrectas.

Su palmarés en Fórmula 1 puede resumirse en que siempre estuvo a la sombra de Juan Manuel Fangio… y eso ya es mucho decir sobre la valía de Moss. A los dos subcampeonatos de 1955 y 1958 hay que sumarle tres terceros puestos en 1959, 1960 y 1961 tras conseguir 16 victorias y 19 vueltas rápidas. Destacable es que se llevara el GP de Mónaco en tres ocasiones. Como piloto polifacético también compitió en el Mundial de Sport (Resistencia) con victorias en 12 Horas de Sebring, Mille Miglia o Targa Florio… En 2006 recibió la Medalla de Oro de la FIA al considerarlo el mejor piloto que no consiguió ningún Mundial de F1. Por esa razón simpre fue conocido como «El Campeón sin Corona».


Su retirada sobrevino tras un terrible accidente en Goodwood en 1962 durante una carrera no puntuable que lo tuvo en coma durante un mes. Tras aquel traumático suceso, y ante la falta de confianza, colgó los guantes de competición. Sin embargo hasta bien pasados los 80 años de edad era habitual verlo en demostraciones al volante de sus antiguos bólidos.


Como reseña histórica, se le atribuye el haber sido el primero en crear el concepto de actual copiloto; sucedió durante las Mille Miglia de 1955. Si bien siempre fue común el llevar acompañantes en este tipo de carreras de larga distancia, las funciones de estos eran más bien como asistencia mecánica. En esta ocasión, Moss escogió de compañero al periodista del motor Dennis Jenkinson (1920-1996) que además de conocimientos mecánicos poseía experiencia compitiendo como copiloto en … sidecars. Antes de la prueba, Moss y Jenkinson realizaron varias pasadas por los tramos, haciendo anotaciones sobre las particularidades del trazado. Se dieron cuenta de un par de detalles: al ir en un coche descapotable con un escueto parabrisas los papeles volaban y por otra parte, la comunicación entre ambos se hacía difícil. Así que idearon un marco por donde pasaría un rollo de papel con las anotaciones y para la segunda cuestión, Jenkinson realizaría una serie de señales manuales a modo de indicaciones. Se alzarían con la victoria… a 30 minutos de Fangio, que rodó en solitario. Y así nacería el copiloto moderno, tan imprescindible en rallies.


