La propuesta del futuro plan de movilidad en Gijón ha sentado como un jarro de agua fría tanto a usuarios de vehículos, llamémosles clásicos, como a los soportan determinada antigüedad a sus espaldas. Cierto es que en los tiempos que corren están estableciéndose iniciativas y campañas globales para disminuir la contaminación ambiental de nuestras ciudades que tarde o temprano eran necesarias. Y qué duda cabe que es necesario mejorar la calidad del aire. Ahora bien, como casi siempre, las decisiones políticas no se ajustan a las necesidades del pueblo y así es como la indignación está floreciendo entre la población que ante este tipo de medidas va a verse perjudicada seriamente su libertad de movimientos. Vuelvo a repetirlo; alguna acción era necesaria, todos queremos vivir en un entorno saludable. Pero algunos políticos parece que poco les preocupa las consecuencias de sus decisiones. Pero vayamos al grano:
El pasado año, tras las ordenanzas pioneras en las grandes ciudades españolas de Madrid y Barcelona, también rodeadas de polémica, el siguiente paso ha sido aplicar restricciones a la circulación de vehículos catalogados como contaminantes en ciudades con una población superior a 50.000 habitantes. Gijón ha sido una de ellas (272.000 hab.) si bien la polémica en esta ocasión se centra en la RADICALIZACIÓN Y FALTA DE EMPATÍA CON EL CIUDADANO, unido al agravio comparativo por tratarse de una localidad rodeada de industria pesada con altas emisiones contaminantes. Para el próximo 2021 el Ayuntamiento ha propuesto prohibir el aparcamiento en zona azul a vehículos fabricados antes de 2001 en caso de ser de gasolina y anteriores a 2006 en los diesel. En 2025 la prohibición se aplicará también a la circulación por el centro urbano y para 2027 se ampliará a la totalidad de la ciudad.

¿Cuál es el problema? Si bien el parque automovilístico gijonés no está excesivamente envejecido, actualmente se han censado unos 65.000 vehículos que incumplirían esta normativa de movilidad (lo que viene a ser el 36%). Obviamente los primeros en poner el grito en el cielo fuimos los aficionados a los vehículos clásicos y youngtimer, ya fueran de cuatro o dos ruedas. Pero por supuesto todos aquellos usuarios de automóviles con cierta edad y que siguen sirviendo como medio de transporte habitual. Las primeras protestas no se hicieron esperar, creándose una plataforma: Por la Defensa de los Vehículos Históricos de Gijón que junto con la Asociación Motor Club Clásico del Principado y la delegación asturiana de la Unión por la Defensa del Motociclista se han propuesto transmitir al Ayuntamiento propuestas más razonables .

Y debo de reconocer que me ha sorprendido la acogida pues aparte estoy descubriendo más colectivos afectados, cada uno con sus motivos. Los que llevamos la afición a los vehículos clásicos por ahora tenemos la -relativa- solución de homologarlos como VEHÍCULO HISTÓRICO, con lo que ello supone (han de presentarse los más original posible) además del desembolso económico correspondiente lo cual aquellos que disponen de un garaje con varios clásicos ya están pensando en deshacerse de ellos por no poder asumir el sobrecoste. Dejando de lado a este colectivo (al que pertenezco) que algunos podrán tachar de “caprichoso”, también tenemos otro muy importante y de gran peso: la zona rural que rodea de Gijón, con una media de edad relativamente avanzada y cuyos automóviles para desplazarse al centro también pecan de antigüedad sin llegar a la categoría de “clásico”. Algunas de estos usuarios son personas ya mayores (jubilados) los cuales no les compensa gastarse sus ahorros en la adquisición de un coche moderno para ir a algo tan simple como una consulta médica. Por otra parte desde hace años se reclama una mejor red de transporte público pues algunas localidades (parroquias) ya ni disponen de parada de autobuses… La pescadilla que se muerde la cola. Otros usuarios afectados serían los profesionales que dependen de un vehículo motorizado para su actividad: desde repartidores hasta…churrerías. Un empresario comentaba que no sería capaz de asumir la renovación completa de su pequeña flota de furgonetas con lo cual, tendría que prescindir de alguna de ellas y como consecuencia, despedir trabajadores. Igualmente, tanto los talleres de reparación como tiendas de recambios se verían afectados por la falta de trabajo. Y por último, no toda la población, independientemente de su edad y lugar de residencia, dispone de suficiente recursos para la adquisición de un automóvil nuevo.

A día de hoy ya se han recogido más de 10.000 firmas gracias a la iniciativa ciudadana de transmitir el malestar y desacuerdo hacia la futura ordenanza de movilidad. Muchos son los establecimientos que se han unido a colaborar en esta recogida de firmas, incluso sin tratarse de negocios relacionados con el motor.

Esperemos que las la clase políticas escuchen a la ciudadanía y tengan en cuenta estas reivindicaciones y den marcha atrás hacia otras medidas más sostenibles para todos.
https://www.facebook.com/groups/HistoricosGijon/

4 comentarios en “El futuro plan de Movilidad en Gijón y sus consecuencias”